Miedos que no deben representar un obstáculo: Mi Testimonio

Testimonio del Trekking Crew 
Por Iara Contreras 

Hacer backpacking por primera vez fue una experiencia que, al inicio, confieso, causó mucho desconcierto en mí. La incertidumbre de no saber qué deparará el sendero, la vegetación y los ríos, estuvo presente todo el tiempo. Sin embargo, esa misma sensación es la que siempre me ha motivado a experimentar cosas nuevas y salir de la rutina. Hacerlo de la mano de una organización como Patas Sucias ciertamente trajo a mí cierta seguridad y confianza de que sería un excelente viaje y un destino final maravilloso, convenciéndome de qué los miedos nunca deben representar un obstáculo para hacer lo que nos mueve.


Acampé en Altos de Higüero, en pasado 20 al 21 de febrero con la expectativa de encontrar conexión con gente bonita que aprecie, tanto como yo, la naturaleza y el medio ambiente, fuera de las pantallas digitales que nos arropan hoy en día. Y, sin dudas, por mucho que las superó. 

Las superó en el momento que tuve la oportunidad de apreciar cada rincón que se oculta detrás de montañas que vemos a lo lejos de la ciudad, en un tapón de carretera a las 5:00 pm. Y en el momento en que recibí el apoyo de los demás Patas Sucias, luego de caer, levantarme y continuar el camino. 


Lo más difícil, para mí, fue el hecho de desconocer el sendero y tener que tomar un camino incómodo a través del Río Higüero (todo el tiempo) entre rocas y piedras, por más de 2 horas. Las patitas sucias me gritaban dolor. Mi recomendación para futuros Patas Sucias se sintetiza en siempre descargar las rutas en su teléfono móvil (o llevar la versión impresa), tratar de seguir la ruta trazada por la organización y seguir siempre las valiosas instrucciones


Aunque llegué al destino, lo hice con un nivel mayor de cansancio innecesario. A pesar de esto, los mejores momentos tuvieron más peso que lo antes expuesto, puesto que el pequeño grupo nunca nos separamos y nos dimos mucho ánimo de seguir; todos ayudaban y nos sentíamos comprometidos con el otro a apoyar y seguir adelante. 


De esta experiencia, me llevo conmigo el compromiso de mantener viva la llama de la exploración y el apoyo al prójimo, siempre. Entender que no vivimos en un mundo aislados es difícil, pero más difícil es realmente estarlo bajo la rutina del 8:00-5:00 y Netflix.


Mis amigos y mi familia ya deben tener los oídos cansados de escucharme decir que “lo haría nuevamente”
y que éste es solo el comienzo de muchos viajes más en los que pretendo encontrar hermosos tesoros como la conexión con los demás a través del apoyo humano en condiciones precarias, y, sobre todo, con la belleza de mi orgullosa República Dominicana. #AcamparEsFacil

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