Mi medicina antienvejecimiento se llama "backpacking"
Testimonio del Trekking Crew
Por María José González Vigo
Más allá del hecho de que acampar y mochilear era un sueño anhelado desde niña, hoy representa mi mejor seguro de vida.
Me fortalece físicamente. Siempre he sido muy perezosa para ejercitarme, sin embargo, cuando me planifico para una próxima excursión con Patas Sucias, resulta mi mejor estímulo para subir 10 pisos x 7 veces x 2 o 3 a la semana, hacer un poco de pesas y no perderme las clases de yoga.
Me fortalece mentalmente: en cada sendero recorrido, he dejado una limitación mental o prejuicio que me ataba. Mochilear ha hecho que mi vida sea mucho más ligera.
Las mejores lecciones de gestión personal las he recibido en el monte. Poder reconocer mis verdaderas fortalezas y debilidades, y valorar lo qué es realmente importante en la vida me ha permitido, una vez de regreso a mi cotidianidad, manejar situaciones complejas de una forma más efectiva y sin desgastarme, algo que no siempre podía ocurrir en el pasado.
Me fortalece espiritualmente: cuando amas la naturaleza, como yo, y estás inmersa en ella, cada detalle te deleita, el color de una flor, una vaquita con su ternero, el azul del cielo, una montaña majestuosa, el olor de la lluvia, el sabor de una guayaba, el saludo amable de un campesino, …y te escuchas diciendo una y mil veces ¡estoy feliz! ¡esto es felicidad!
A mis 56 años, me siento afortunada de poder disfrutar, y compartir con mi esposo, un hobby que me apasiona, me llena de felicidad y vitalidad. Me permite conocer lugares mágicos de esta hermosa isla y, como si fuera poco, comparto con compañeros maravillosos del Club Patas Sucias que me hacen reír y olvidar que llevo 30 libras en la espalda, …porque de que pesan, ¡pesan!
¡Soy Patas Sucias! #AcamparEsFacil
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