Mitos y realidades del Pico Duarte
Este 26 de diciembre nos embarcamos en una nueva aventura por 4 días al Pico Duarte. En esta ocasión hemos agregado un pasadía en el Valle de Lilís que seguro nos llenará de experiencias únicas e inolvidables. Queremos sacarle el máximo de esta aventura y por eso vamos a compartir algunos razonamientos sobre los mitos y realidades que se comentan sobre este destino.
1. En el Valle de Lilís no hay agua: Mito.
El Valle de Lilís es el más alto de todo nuestro país. Aunque le llamamos valle, es más bien un paso que existe entre los picos Duarte y La Pelona. Debido a esto, es obvio que no vamos a encontrar un río caudaloso en esta zona, como lo son el Yaque del Norte o el Yaque del Sur. Aún así, gracias a la lluvia horizontal y a los millones de pajones que hay en la zona, la humedad se va atrapando y va formando un pequeño arroyo que nos permite obtener agua para bañarnos, para beber y para cocinar.
Como se trata de un pequeño arroyo, el mismo se ve fácilmente afectado por las condiciones del clima de la montaña. A veces se retrae a muchos metros de la caseta y a veces está bien cerca. Sólo hay que ir con un buen envase y con ganas de explorar para encontrarlo.
2. En el Valle de Lilís no se puede acampar: Mito.
Muchas personas alegan que no se puede acampar en el Valle de Lilís debido al frío intenso y a la brisa que corre por este canal. Sin embargo, las personas acampan en temperaturas heladas, en la nieve, con un clima mucho más frío que el que podemos encontrar aquí.
Para acampar en este valle sólo es necesario equiparse de manera adecuada para el clima que vamos a encontrar. Es una de las mejores experiencias y te permitirá ver el amanecer desde un lugar totalmente inusual.
3. Las mulas y caballos dañan el sendero al Pico: Realidad.
El principal enemigo del sendero al Pico Duarte es su diseño, el cual no toma en cuenta la topografía y asume inclinaciones excesivas. De esta forma, cuando el agua de lluvia cae sobre el sendero alcanza una gran velocidad y esto genera una enorme erosión. Cuando le sumamos un mantenimiento poco frecuente e insuficiente, la falta de desagües y una carga turística inmensa, cuya máxima concentración se da de diciembre a febrero, es de esperar que el sendero se deteriore a puntos de no retorno y que el espacio natural se vea radicalmente lesionado. El sendero requiere de un cierre y de que se habiliten rutas más amigables con el entorno natural y que consideren la topografía de la zona.
Y es aquí donde entran en juego las mulas y caballos. Un sendero en esas características es extremadamente sensible a la carga turística. Como la mayoría de los grupos que utilizan mulas suben con 2 o 3 por cada persona, el impacto es excesivo. La meta debe ser reducir a un 1 mulo por cada 4 personas en grupos que requieren los servicios de carga, e incentivar activamente a los grupos que no requieren de servicios de carga.
4. El sendero al Pico debe subirse rápido y sin descanso: Mito.
Todo senderista experimentado reconoce que el cuerpo humano necesita de descanso y de alimentos para reponer las fuerzas y energías que el sendero consume. Por esta razón es un error pretender subir al Pico Duarte, o al Valle del Tetero o a La Compartición, en un único esfuerzo.
Para motivar a este descanso existen en el sendero unas casetas especiales, construidas para que los visitantes se puedan detener y realicen una evaluación sobre cómo van en el camino, se hidraten, se alimenten y esperen a que estos nutrientes lleguen al torrente sanguíneo, y entonces continúen la marcha. Claro, tomarse unos minutos para hacer algo que realmente te agrade es una hermosa forma de conectar con la naturaleza en estos momentos. Si te gusta la lectura, saca tu libro y lee un poco. Las energías que recuperes en este momento te serán útiles para reiniciar la caminata con todas tus fuerzas.
No olvides que muchas de las cosas que te compartimos sobre el camino al Pico Duarte aplican también para todos los senderos. Conoce nuestra programación de excursiones y ven a acampar con nosotros. Si no tienes experiencia, nosotros te enseñamos. #AcamparEsFacil
1. En el Valle de Lilís no hay agua: Mito.
El Valle de Lilís es el más alto de todo nuestro país. Aunque le llamamos valle, es más bien un paso que existe entre los picos Duarte y La Pelona. Debido a esto, es obvio que no vamos a encontrar un río caudaloso en esta zona, como lo son el Yaque del Norte o el Yaque del Sur. Aún así, gracias a la lluvia horizontal y a los millones de pajones que hay en la zona, la humedad se va atrapando y va formando un pequeño arroyo que nos permite obtener agua para bañarnos, para beber y para cocinar.
Como se trata de un pequeño arroyo, el mismo se ve fácilmente afectado por las condiciones del clima de la montaña. A veces se retrae a muchos metros de la caseta y a veces está bien cerca. Sólo hay que ir con un buen envase y con ganas de explorar para encontrarlo.
2. En el Valle de Lilís no se puede acampar: Mito.
Muchas personas alegan que no se puede acampar en el Valle de Lilís debido al frío intenso y a la brisa que corre por este canal. Sin embargo, las personas acampan en temperaturas heladas, en la nieve, con un clima mucho más frío que el que podemos encontrar aquí.
Para acampar en este valle sólo es necesario equiparse de manera adecuada para el clima que vamos a encontrar. Es una de las mejores experiencias y te permitirá ver el amanecer desde un lugar totalmente inusual.
3. Las mulas y caballos dañan el sendero al Pico: Realidad.
El principal enemigo del sendero al Pico Duarte es su diseño, el cual no toma en cuenta la topografía y asume inclinaciones excesivas. De esta forma, cuando el agua de lluvia cae sobre el sendero alcanza una gran velocidad y esto genera una enorme erosión. Cuando le sumamos un mantenimiento poco frecuente e insuficiente, la falta de desagües y una carga turística inmensa, cuya máxima concentración se da de diciembre a febrero, es de esperar que el sendero se deteriore a puntos de no retorno y que el espacio natural se vea radicalmente lesionado. El sendero requiere de un cierre y de que se habiliten rutas más amigables con el entorno natural y que consideren la topografía de la zona.
Y es aquí donde entran en juego las mulas y caballos. Un sendero en esas características es extremadamente sensible a la carga turística. Como la mayoría de los grupos que utilizan mulas suben con 2 o 3 por cada persona, el impacto es excesivo. La meta debe ser reducir a un 1 mulo por cada 4 personas en grupos que requieren los servicios de carga, e incentivar activamente a los grupos que no requieren de servicios de carga.
4. El sendero al Pico debe subirse rápido y sin descanso: Mito.
Todo senderista experimentado reconoce que el cuerpo humano necesita de descanso y de alimentos para reponer las fuerzas y energías que el sendero consume. Por esta razón es un error pretender subir al Pico Duarte, o al Valle del Tetero o a La Compartición, en un único esfuerzo.
Para motivar a este descanso existen en el sendero unas casetas especiales, construidas para que los visitantes se puedan detener y realicen una evaluación sobre cómo van en el camino, se hidraten, se alimenten y esperen a que estos nutrientes lleguen al torrente sanguíneo, y entonces continúen la marcha. Claro, tomarse unos minutos para hacer algo que realmente te agrade es una hermosa forma de conectar con la naturaleza en estos momentos. Si te gusta la lectura, saca tu libro y lee un poco. Las energías que recuperes en este momento te serán útiles para reiniciar la caminata con todas tus fuerzas.
No olvides que muchas de las cosas que te compartimos sobre el camino al Pico Duarte aplican también para todos los senderos. Conoce nuestra programación de excursiones y ven a acampar con nosotros. Si no tienes experiencia, nosotros te enseñamos. #AcamparEsFacil
Comentarios
Publicar un comentario