Excursión al Parque Nacional Máximo Gómez
El pasado fin de semana nos fuimos llenos de ánimo a colaborar con la limpieza y adecuación del área de campamento del Parque Nacional Máximo Gómez. Nuestro grupo de Patas Sucias consistió en 19 personas dispuestas a caminar sobre ríos, arroyos, caminos, senderos y pantanos, realizando un recorrido de 5 km hasta el lugar de campamento.
Nuestra aventura inició en la Comunidad de Boca de Mana, donde se une el río Mana con el río Nizao, bien temprano en la mañana. Aquí, justo al lado del colmado Los Muchachos inicia el sendero a nuestro destino. Ascendimos 70 metros sobre una pequeña colina, la cual cruzamos y luego descendimos hasta el mismo río Mana, frente a la muy famosa Cueva de Conde. Desde ahí nos fuimos río arriba, atravesando un hermoso cañón, para caminar como 2 km sobre el río, luego recorrimos un camino de tierra, después nos tocó sobre un arroyo y al final un corto sendero hasta el lugar de campamento.
Después de caminar el sendero llegamos a la zona de campamento: una colina, en forma de península, ubicada en el lado sur del lago que se forma por el embalse de la Presa de Valdesia. Este espacio nos permitía una vista clara del lago y un acceso directo para nadar en él. Definitivamente un lugar tranquilo donde sólo se escuchaba el cantar de las aves, el croar de las ranas y el ruido de nuestras voces, tornando familiar el espacio silvestre.
En este campamento tuvimos la suerte de contar con un ingenioso Argentino que no sólo llevó su parrilla para colocar sobre nuestra fogata, sino que se encargó de mantener el fuego controlado y de promover, en medio de este bosque húmedo, el buen comer. Fue casi alucinante el disfrutar de platos tan elaborados en medio de la nada, utilizando sólo leña, fuego y mucha atención. Gracias por estos manjares y por el calor humano, alrededor de la fogata, que nos hizo sentir a todos como familia.
El domingo iniciamos el recorrido de vuelta, caminando sobre los mismos pasos que el día anterior nos habían conducido hasta este paraíso. Al recogernos el transporte, visitamos el pequeño contra-embalse de la Presa, el cual estaba rebosante de agua y nos mostró, por una de sus escotillas, la fuerza con que el agua del Río Nizao va bajando en su búsqueda del mar. Esta visita nos permitió también comprender la naturaleza del lago que nos cobijó, y sus orígenes, inundando de agua dulce toda una inmensa zona.
El Parque Nacional Máximo Gómez es un lugar cercano a Santo Domingo, donde uno puede perderse en la verdadera naturaleza. Hay que protegerlo, hay que conservarlo y hay que disfrutarlo. Sólo haciendo útil este espacio, para la mayoría, es como podremos mantenerlo natural para las futuras generaciones. #NosotrosAcampamos
Nuestra aventura inició en la Comunidad de Boca de Mana, donde se une el río Mana con el río Nizao, bien temprano en la mañana. Aquí, justo al lado del colmado Los Muchachos inicia el sendero a nuestro destino. Ascendimos 70 metros sobre una pequeña colina, la cual cruzamos y luego descendimos hasta el mismo río Mana, frente a la muy famosa Cueva de Conde. Desde ahí nos fuimos río arriba, atravesando un hermoso cañón, para caminar como 2 km sobre el río, luego recorrimos un camino de tierra, después nos tocó sobre un arroyo y al final un corto sendero hasta el lugar de campamento.
Después de caminar el sendero llegamos a la zona de campamento: una colina, en forma de península, ubicada en el lado sur del lago que se forma por el embalse de la Presa de Valdesia. Este espacio nos permitía una vista clara del lago y un acceso directo para nadar en él. Definitivamente un lugar tranquilo donde sólo se escuchaba el cantar de las aves, el croar de las ranas y el ruido de nuestras voces, tornando familiar el espacio silvestre.
En este campamento tuvimos la suerte de contar con un ingenioso Argentino que no sólo llevó su parrilla para colocar sobre nuestra fogata, sino que se encargó de mantener el fuego controlado y de promover, en medio de este bosque húmedo, el buen comer. Fue casi alucinante el disfrutar de platos tan elaborados en medio de la nada, utilizando sólo leña, fuego y mucha atención. Gracias por estos manjares y por el calor humano, alrededor de la fogata, que nos hizo sentir a todos como familia.
El domingo iniciamos el recorrido de vuelta, caminando sobre los mismos pasos que el día anterior nos habían conducido hasta este paraíso. Al recogernos el transporte, visitamos el pequeño contra-embalse de la Presa, el cual estaba rebosante de agua y nos mostró, por una de sus escotillas, la fuerza con que el agua del Río Nizao va bajando en su búsqueda del mar. Esta visita nos permitió también comprender la naturaleza del lago que nos cobijó, y sus orígenes, inundando de agua dulce toda una inmensa zona.
El Parque Nacional Máximo Gómez es un lugar cercano a Santo Domingo, donde uno puede perderse en la verdadera naturaleza. Hay que protegerlo, hay que conservarlo y hay que disfrutarlo. Sólo haciendo útil este espacio, para la mayoría, es como podremos mantenerlo natural para las futuras generaciones. #NosotrosAcampamos
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