Luego cambié el pensamiento por el de “YO SÍ PUEDO” y todo fluyó | Mi Testimonio

Testimonios del Trekking Crew 
Por Gina Gómez

Hace varios años descubrí mi pasión por la naturaleza, al mirar las montañas cuando transitaba por la autopista Juan Pablo Duarte, era magia instantánea, una felicidad, emoción indescriptible.


Mi primera experiencia de senderismo fue en el año 2017 cuando viajé al Pico Duarte, experiencia que me marcó para siempre. Pasaron varios años sin tener contacto con mis queridas montañas, pero como el tiempo de Dios es perfecto, me puso en mi camino a mi querida amiga Maika Reyes, quien me habló del Club Patas Sucias, al cual me integré inmediatamente realizando mi primera excursión en enero 2020 a Yuboa, Provincia Monseñor Nouel.

Me convertí en su eterna compañera de aventuras y del monte, siendo las siamesas Santiagueras.

Tres semanas antes de la excursión, me llama mi compinche y me dice “Gina vámonos al Valle De Dios con Patas Sucias”. El nombre Valle de Dios causó en mí una alegría, el corazón brincó de emoción. Le conteste SI y en menos de un segundo ya estaba montada en la guagua.


Asocié el nombre del Valle con un lugar maravilloso de Dios, por lo que no le puse limites ni barreras al viaje, aun residiendo en la ciudad de Santiago, ya que la distancia no sería impedimento para llegar a ese lugar, que sabía que sería mágico para mí.

Preparé mi mochila dos días antes de una manera fácil y rápida, tenía una fiebre de irme ya para el monte. Nos trasladamos la tarde del viernes a la ciudad de Santo Domingo, donde dormimos, ya que salíamos a las 5.30 am del día siguiente. Cruzamos la zona de La Vega-Bonao con un aguacero, lluvia que no apagaba mi emoción.

Llegó el gran día, al fin, ni bien dormí esa noche, que acelere. Luego de casi tres horas trasladándonos en la guagua entre montañas, culminamos nuestro recorrido en cuatro gomas para iniciar nuestra gran aventura.


Desde que comencé mi travesía cargando mi pesada mochila se presentó mi  gran reto: caminar los primeros 2 km de subidas intensas iniciando el recorrido. Me puse un bloqueo mental y pensé “será muy difícil para mí y sentí temor” pero luego que comencé a subir cambié el pensamiento por el de “YO SÍ PUEDO” y todo fluyó. Fue uno de los momentos más retadores del viaje, un aprendizaje aplicado a nuestro diario vivir.


Se nos presentarán muchas dificultades, obstáculos, caídas, tormentas, pero cuando la enfrentamos con actitud positiva no será tan cuesta arriba el camino.

Mientras subía, hablaba con Dios y me encontraba conmigo misma, contemplaba tanta belleza indescriptible creada por él, fue definitivamente uno de mis mejores momentos de intimidad con el creador. Toda la travesía fue mágica, paisajes cada vez más hermosos, impactantes.


Al llegar al Valle de Dios, el sonido del canto de las chicharras, del viento a través de los pinos, me llenó de tanta paz, que armar mi casa de campaña bajo la lluvia fue divertido.


Motivo a los que aman la naturaleza a vivir esta hermosa e increíble experiencia, donde te reencuentras con Dios, contigo mismo, valoras lo que tienes, agradece cada segundo, te renuevas y recarga las pilas para continuar en el proyecto llamado ”VIDA”.


Ya tengo mi mochila lista para mi próxima aventura, voy tras ella y muchas más. #AcamparEsFacil

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